Cap 3
Entre el montón de gente que entraba logre entregarle al portero mi entrada que acababa de comprar, entre y me senté en la barra, pedí un coctel con hielo y me lo tome de pocos tragos. Sentí como el alcohol quemaba mi garganta, de todas formas no me conforme con ello y pedí algo más fuerte. Al rato entre tragos el chico que venía sirviéndome unos cuantos tragos me dijo
Cantinero: creo que deberías detenerte chica!
Tu: no creo que sea tu trabajo controlar si me embriago… es tu trabajo venderme cuanto yo quiera.
Cantinero: eso es cierto… quieres otro?
Tu: ahora no… me convenciste de parar, pierdes.
El chico sonrió y sirvió otro poco de la bebida amarillenta con mucha espuma.
Tu: dije que ya basta, ahora deberás tirarlo.
Cantinero: no iba para ti… estoy sirviendo para otra chica que esta a tu lado.
Mire a mi lado una chica extraña, alta de piernas delgadas, vestido muy corto y se podría decir que muy bonita. En ese momento tomo el vaso y se fue al lado de un chico que parecía aun más joven que ella.
Cantinero: y bien que vas a hacer?
Lo mire algo mareada y sin contestar me retire. Camine hasta la puerta del club y Salí, una lagrima callo por mi mejilla, en realidad no sabía el motivo de eso pero sentía que debía llorar desconsoladamente. Camine por el césped tambaleándome, logre pisar la vereda y camine algunos pasos. De repente tropecé con no se que, en realidad casi no podía ver donde pisaba, me caí al piso como si pesara tres veces mi peso normal, mi cabeza se golpeo contra el piso duro, no intente levantarme solo quede en el suelo, veía borroso y de repente todo negro.
Lo último que recuerdo fue a un chico diciéndome: estas bien? Llamare a un médico, puedes verme?. Luego de eso la oscuridad volvió.
Luego de un rato abrí los ojos estaba acostada en un sillón negro, tapada con una manta y una bolsa de hielo en la cabeza. Me senté con gran dificultad, mire a mi alrededor la sala era enorme, muy lujosa, ni un ruido había solo el zumbido en mis oído debido a la música fuerte de la noche anterior.
Hay alguien? Grite pero nadie respondió, de repente un chico flaco, vestido completamente de negro, estaba extrañamente maquillado y en cuanto me vio quedo boquiabierto, las bolsas que llevaba en la mano casi se le caen.
xX: eh… hola, ya vengo, me esperas?
Dijo nerviosamente yo asentí con vergüenza, no sabía dónde estaba ni mucho menos quien era ese chico. El desapareció por una puerta, solo escuche un portazo y me quede inmóvil.
Al rato apareció por la misma puerta Tom, esta vez tenía cara de sueño, las trenzas no estaban sujetadas por una cinta o una gorra, se paso la mano por el ojo y me miro con una sonrisa
Tom: hola bonita… como dormiste?
Tu: que hago aqui?
Tom: anoche estabas ebria, y te caíste en La vereda... te golpeaste La cabeza y te traje aquí.
Tu: ah… en ese caso gracias… no paso nada mas? Es que no lo recuerdo.
Dije aclarando al ver su cara seductora mirándome fijamente.
Tu: que ves?
Tom: eres hermosa ebria… eso es todo.
Dijo sin dejar de mirar mis piernas que estaban apenas cubiertas por la manta.
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